sábado, abril 22, 2006

?Entre al cielo o al infierno mismo? Fue una pregunta que surgio cuando entre nubes de humo nicotinico recorri los 3 metros del pasillo de la entrada y siguiendo a la anfitriona descubri la sonora cueva del Ruta 61. Minutos despues la musica traeria la respuesta. Por supuesto habiamos llegado al mismisimo infierno. Los hijastros de Picasso nos recibian con virginales y seductoras notas; las Senoritas de Avignon se lucieron. Este infernal bautizo se realizo semanas antes del aquelarre que oficio el santo nino de Chicago, Branch . Las Senoritas como buenas samaritanas nos invitaban al rio creyendonos mozuelos... Exitados pero con la honra a salvo, vinieron al escenario unos tipos de raro aspecto, parecian escapados de alguna de las malechas pero historicas paginas del Conecte. Unos 'ches argentinos! ...y sin bandoneon. Murmuramos Monik y su servilleta -?que se fusilar?n estos, algo de Charly, Spinetta o Fito?- ?Quiza de Melero, Calamaro, Bruno Alberto?- replico la doctora... Seguian el antiguo rito de probar el sonido. Solo para quedar bien intente terminar con el piccolo consiglio; -si se anuncian este sitio como blusero y tenemos suerte- dije, intentando mostrar autoridad, pero pensando en la distancia enre el Mississipi y Rio de la Plata;-?tocaran algo de Willy Crook & the Funky Torinos?-. Vano intento, no conclui y di oportunidad o discurrir fuera del recipiente. -?Te gusta Himno al Coraz?n o Starsky & Hutch de Crook? ...antes de las primeras notas coincidimos, ojala que no sea nada d los miserables y Verdes enanos, de Soda o del tal Mateos! Visualizando el teclado desee que al menos fuera algun Virus. Vaya sorpresa el tango que armaron los surenos! Una noche completa de rock con reminiscencias negras, setenteras y vanguardistas, recordando aqui las einstenianas especulaciones, sobre la posibilidad que que los extremos se toquen. Y si los extremos se tocan en presencia de los fisicos, que no haran los benditos en presencia del semi alcoholizado publico. Debo aceptar,la sangre, el sudor y las lagrimas vertidas durante la euforica sesion no fueron abonadas por sir W Churchill, no, se las debemos a una Vieja Estacion. Salimos recordando a Hugo y su chimichurri, asi como el nombre de su fonda; Estacion Paso de Rey. Esa noche perdimos muchas cosas, pero ganamos el reencuentro con algunos placeres olvidados; la charla, el redescubrimiento mutuo, la compania y la musica viva de nuevo, placeres que cambiaron algunas cosas y estatus de sitio, incluyendo el de las "Senoras" de Avignon que destrozan a cualquier incauto en alguna Vieja Estacion.

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